Antecedentes sobre nutrición y género

  • Antecedentes sobre nutrición y género

    La nutrición y el género están íntimamente relacionados. Las mujeres y las niñas sufren de forma desproporcionada una nutrición deficiente y están sujetas a normas sociales, culturales y políticas sobre cómo se producen los alimentos, cómo se accede a ellos y cómo se consumen. De igual manera, cómo se prestan y utilizan los servicios de nutrición.

    Las cuestiones de género repercuten en los resultados directos nutricionales de muchas maneras. La revisión bibliográfica más reciente 1 2 sobre la correlación entre el empoderamiento de la mujer y los resultados directos de la nutrición infantil señala que ambos están fuertemente vinculados.

    Tanto el sexo como la biología influyen en las necesidades de energía y nutrientes de una persona, mientras que los roles y las responsabilidades de género pueden influir en la ingesta de nutrientes. Por ejemplo, las mujeres y las niñas suelen ser las últimas en comer y las que menos comen (debido a las normas de género), lo cual limita su capacidad para desarrollar su potencial y las hace también más propensas a padecer hambre. De hecho, de los 690 millones de personas que padecen hambre en el mundo, el 60 % son niñas o mujeres3. La brecha de género en relación con la inseguridad alimentaria4 se amplió aún más en 2021, siendo América Latina y el Caribe y Asia las regiones que más han contribuido a ella. En 2021, el 31,9 % de las mujeres del mundo sufría inseguridad alimentaria moderada o grave, frente al 27,6 % de los hombres.

    La desigualdad de género es, por tanto, causa y, a la vez, consecuencia de la malnutrición, una circunstancia que puede atrapar a mujeres y niñas en un ciclo multigeneracional de pobreza y potencial desaprovechado, restringiendo sus medios de subsistencia, educación y oportunidades de crecimiento, y limitando el acceso y control a los recursos que necesitan para satisfacer sus necesidades nutricionales.

    Según el Global Gender Gap Report 2022 (informe mundial sobre la brecha de género), los avances la paridad de género han quedado estancados. Se calcula que harán falta 132 años para cerrar la brecha de género a nivel mundial5. El recrudecimiento de las crisis, unido al retroceso experimentado durante la pandemia de COVID-19, influye negativamente en los resultados directos referentes a la mano de obra femenina e intensifican aún más el riesgo de que la paridad de género mundial retroceda. Las estrategias de recuperación sensibles al género serán fundamentales para recobrar el terreno perdido debido a las recientes crisis mundiales.

    Una indicación clara de un sesgo sistemático de género es la brecha de datos de género. Pocas encuestas, investigaciones y análisis de datos ven, cuentan y valoran a las mujeres y las niñas. Las estadísticas nacionales y subnacionales no están suficientemente matizadas y desagregadas para reflejar las disparidades de género. Esto podría resolverse parcialmente corrigiendo los sesgos de género en las metodologías de investigación, de recopilación y análisis de datos: un diseño mejorado de las encuestas, un uso adecuado de la terminología, el desarrollo y la inclusión de indicadores de género específicos para medir los avances en equidad de género, así como el análisis y la comunicación de los datos desde una perspectiva de género podrían favorecer políticas más equitativas.

    La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible hace hincapié en la necesidad de una transformación estructural que aborde no solo los síntomas, sino también las causas fundamentales de los problemas y las desigualdades económicas, sociales, políticas y medioambientales. El ODS 5 es un objetivo transversal que afecta a todos los aspectos del desarrollo.

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    1 Santoso, M. V., R. B. Kerr, J. Hoddinott, P. Garigipati, S. Olmos and S. L. Young (2019). "Role of Women’s Empowerment in Child Nutrition Outcomes: A Systematic Review." Adv Nutr 10(6): 1138-1151.

    2 https://www.fao.org/fileadmin/templates/cfs/Docs1920/Gender/GEWE_Scoping_Paper-FINAL040ct.pdf

    3 Women are Hungrier - World Food Program USA (wfpusa.org)

    4 https://www.fao.org/3/cc0639en/cc0639en.pdf

    5 https://www3.weforum.org/docs/WEF_GGGR_2022.pdf

  • ¿Qué son los enfoques transformadores de las relaciones de género (GTA)?

    Las mujeres y las niñas son uno de los grupos de actores clave que deben tenerse en cuenta en el ámbito de la seguridad alimentaria y nutricional en los países de ingresos bajos y medios. Si bien se reconoce que la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres son esenciales para mejorar los sistemas alimentarios e impulsar el desarrollo económico, su contribución al sistema ha sido reducida debido a la existencia de normas de género discriminatorias que limitan su acceso a la educación, la información y los recursos6.

    En las últimas décadas, el fomento de la equidad de género dentro de la seguridad alimentaria y nutricional ha resultado en la promoción de la transversalización del enfoque de género y la integración de enfoques sensibles al género en cuanto al género; sin embargo, han sido insuficientes para abordar la causa fundamental de la desigualdad de género, por lo que, en los últimos 10-15 años, ya no se ha hablado de transversalización e integración, sino de enfoques transformadores de las relaciones de género.

    Los enfoques transformadores de las relaciones de género (GTA) son intervenciones que crean oportunidades para un cambio activo de las normas de género, promueven la inclusión de las mujeres en posiciones sociales y políticas de influencia y abordan las desigualdades de poder entre géneros. Su objetivo es abordar las causas fundamentales de las desigualdades de género y transformarlas7.

    Los GTA crean un entorno propicio que va más allá de la mera inclusión de las mujeres como participantes o beneficiarias del apoyo en materia de nutrición.Tienen por objeto integrar las cuestiones de género en todos los aspectos del diseño, el desarrollo, la aplicación y la evaluación de programas y políticas.

    Asimismo, los enfoques transformadores de las relaciones de género difieren de los enfoques estándar en que su objetivo no es abordar solamente los retos visibles de la desigualdad de género, sino que van más allá para tratar sus problemas subyacentes. Por ejemplo, hasta ahora las intervenciones se han centrado en subsanar las deficiencias identificadas en lugar de tratar de entender las causas que las producen, algo que intentan atajar los enfoques transformadores de las relaciones de género. Así pues, su objetivo es catalizar cambios en las normas sociales a diferentes niveles (personas, hogares, pequeñas y grandes instituciones) fomentando al mismo tiempo la inclusión del enfoque de género.

    En el contexto de la salud y la nutrición, los enfoques transformadores de las relaciones de género abordan las estructuras de poder de la comunidad que impiden a las mujeres tomar decisiones sobre su propia salud, como el acceso a los servicios de salud / nutrición, la planificación familiar, el acceso a los alimentos y medios de subsistencia, el acceso a la tierra y el acceso a empleos equitativos para satisfacer sus necesidades.

    La investigación sobre los enfoques transformadores de las relaciones de género8 demuestra que el empoderamiento de las mujeres y una mayor igualdad de género son a la vez fines y medios para mejorar la salud y la nutrición de las familias y las comunidades en su conjunto.

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    6 Hillenbrand et al., 2015
    7 https://gender.cgiar.org/news/potential-and-unknowns-gender-transformative-approaches
    8 https://www.fao.org/fileadmin/templates/cfs/Docs1920/Gender/GEWE_Scoping_Paper-FINAL040ct.pdf

  • ¿Cuándo y por qué deberían utilizarse?

    En las últimas décadas, ha aumentado la concientización de que la igualdad de género contribuye a lograr resultados directos positivos en materia de nutrición. Siguiendo el continuo de género se han venido fomentando los enfoques sensibles al género como forma de integrar el este enfoque en las intervenciones de desarrollo. Sin embargo, los enfoques sensibles al género y positivos en cuanto al género tienen una capacidad limitada para abordar las causas de la seguridad alimentaria y nutricional debidas al género, ya que se centran en concienciar sobre las desigualdades relacionadas con las normas y responsabilidades de género o en fomentar intervenciones específicas, pero ninguno de ellos aborda las causas subyacentes.

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    Los enfoques transformadores de las relaciones de género, en cambio, aspiran a abordar las causas estructurales de las relaciones desiguales de poder, así como las normas sociales existentes, con el fin de promover la igualdad de género y empoderar a las mujeres. Difieren de otros planteamientos en que tienen en cuenta un contexto específico y la manera en que las desigualdades sociales influyen en las decisiones y los resultados directos. Trabajan tanto con mujeres como con hombres y con distintos actores.

    La desigualdad de género y las dinámicas de la comunidad relacionadas con el rol de las mujeres y de los hombres pueden tener un impacto significativo en los programas de nutrición a lo largo de su ciclo de vida. Por ejemplo, la manera en que se desagregan, recopilan y analizan los datos podría tener un gran impacto en la perpetuación de las desigualdades de género o, por el contrario, podría contribuir al progreso hacia la igualdad de género, si se hace correctamente.

    No obstante, es importante destacar que los enfoques transformadores de las relaciones de género no se pueden hacer realidad de la noche a la mañana. Forman parte de un proceso a largo plazo que, partiendo de la inclusión de enfoques sensibles al género, busca promover la igualdad de género creando primero conciencia, después desarrollando medidas y objetivos específicos que fomenten la igualdad de género (positivos en cuanto al género) y, finalmente, alcanzando la igualdad de género desafiando el statu quo existente y las normas sociales subyacentes (enfoques transformadores de las relaciones de género).

    Por esta razón, los equipos implementadores de programas que se inician en el paradigma de género deben esforzarse por integrar el enfoque género en todos los aspectos de la programación y la política de la PNIN, incluyendo el diseño, la implementación y la evaluación de programas, con el objetivo de lograr la igualdad de género mediante enfoques transformadores de las relaciones de género.

    El primer paso para abordar las disparidades de género es comenzar con la realización del análisis de género durante todos los procesos de la gestión de datos. El análisis de género implica comprender de qué manera las diferencias en materia de salud y nutrición entre hombres y mujeres pueden asociarse a los distintos roles y responsabilidades que la cultura les asigna. Especialmente en torno al poder y la toma de decisiones, el análisis se lleva a cabo utilizando métodos de recopilación de datos cuantitativos y cualitativos para examinar los roles y las normas de género, para dar sentido y contexto al motivo por el cual los hombres y las mujeres se comportan de determinada manera en su interacción con el sistema nutricional y para comprender las diferentes oportunidades, necesidades y limitaciones de las mujeres y los hombres en un contexto dado.

    La programación puede incluir integrar la formación en sensibilidad de género en los esfuerzos de desarrollo de capacidades a nivel institucional, así como aumentar la concientización sobre desigualdades entre los socios implementadores y los actores clave y fomentar un análisis crítico de los estereotipos de género existentes que son perjudiciales. Una sensibilización exitosa en materia de género se reflejará en la manera de recopilar, extraer y analizar los datos, así como en la manera de integrarlos en las recomendaciones y la comunicación a los responsables de la formulación de políticas.

    En cuanto que plataforma de información, la PNIN puede contribuir a alcanzar la equidad de género desarrollando una comunicación inclusiva en materia de género. Es preciso evitar sesgos de género en el lenguaje de los folletos, informes basados en evidencias u otros medios de comunicación, ya que perpetúan los estereotipos de género.

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    Asimismo, iniciar conversaciones sobre género y ofrecer a personas e instituciones la oportunidad de hacer una reflexión crítica sobre la manera en que las normas de género afectan al bienestar de las personas, las familias y las comunidades es un primer paso clave para transformar el statu quo y reducir la desigualdad de género.

  • ¿Qué deberían saber los equipos implementadores de las PNIN?

    Es fundamental incorporar indicadores de género en la implementación y evaluación de las PNIN para determinar si las plataformas contribuyen a cambiar las normas y los comportamientos de género en relación con las políticas de nutrición de los países socios.

    Los equipos PNIN deberían evaluar los datos recopilados y analizarlos desde una perspectiva de género. Esto contribuirá a comprender mejor la manera diferente en que la programación nutricional puede afectar a hombres y mujeres y las distintas barreras de acceso que afrontan ambos grupos.

    Con esta nota orientativa, la unidad de coordinación mundial de C4N-PNIN se propone desarrollar un marco de preguntas para evaluar cómo abordan actualmente las PNIN las consideraciones de género e identificar la mejor manera de promover una programación transformadora de género. Este marco podrá utilizarse durante la planificación y la evaluación de programas para garantizar un enfoque transformador de género.

    Existen varios indicadores posibles para medir la transformación de género de un programa. Más adelante en esta nota orientativa se explican algunos de los indicadores que podrían utilizarse en los programas de las PNIN. Además, es preciso hacer un seguimiento continuo de los supuestos relacionados con el género que puedan afectar al éxito del programa o de la actividad.

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